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Estoy abriendo el estómago. Mira eso. Sí. Es un color inusual. Es algo. Sí. Que le dieron durante cierto tiempo. Es difícil saber por cuánto tiempo. Acababa de regresar de Europa. Lo cerraré y tomaré más muestras de sangre. Podré decirte más mañana. ¿Sigues en el mismo consultorio? Sí. Harold dice que mereces una vida mejor. pero que te dejaste corromper. Que seguiste al Dios equivocado. ¿Qué? ¿”Corromper”? ¿”Seguí al Dios equivocado”? ¿Por qué no me lo dice? ¿Qué significa eso? No lo sé. Quizá malbarataste entusiasmo y urgencias sin saberlo. hasta que fue demasiado tarde. Terminaste sin una silla para cuando parara la música. incluso en tu propia casa. Necesitamos esta sala. Perfecto, porque ya nos íbamos. Liz dijo que la veamos luego de las : en Minters. Sí. Pero quiero hablarte de Irma. Burt, insisto porque quiero verte feliz. Y soy tu amigo. Un amigo que piensa que estoy corrupto. pero no tiene agallas para decírmelo en la cara. No querrás escuchar eso en la cara. Tienes flores para tu esposa, que no te deja vivir en tu apartamento. Explícame la palabra “corrupto”. o la frase “seguir al Dios equivocado”. Es tu familia política, Burt. Odian que trabajemos juntos, y ni hablar de que seamos amigos. No hago caso a ninguna de sus tonterías de Park Avenue. Sí, les haces caso. Un poco. Y sólo se necesita un poco. Entonces, te corrompen. Como la sangre del corte que te hiciste antes de que yo apuñalara al alemán. Esos cortes te nublaron el ojo, y adivina. perdiste el ojo para siempre. Bienvenidos a Minters, caballeros. ¿Mesa para dos? Nos encontraremos con alguien, una mujer alta, rubia. de cara seria. Sí, por aquí. Esperen. Estaba aquí. No sé qué pasó. Ella estaba. Justo aquí. Señorita Meekins. Ahí va, amigo. Señorita. Espere. Señorita Meekins. Señorita Meekins. Hicimos lo que pidió. Hallamos algo sospechoso. como usted pensaba. No puedo hacerlo. Perdón. ¿Qué. Hablé con un amigo, el señor Voze. Me dijo que debo tener cuidado. ¿Quién? ¿La asustó? Dijo que era peligroso. Espere, señorita Meekins. Debo dejarlo. Salga de la calle. Vamos. Conocías a mi padre. Sí. Y usted también.

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